El Ministerio de Trabajo, Empleo
y Seguridad Social (MTESS) se une a la iniciativa de Toma de Poder
impulsada por Plan International, y de manera simbólica la ministra
Mónica Recalde De Giacomi cedió el cargo a la niña Maricel, oriunda de la
ciudad de Repatriación, departamento de Caaguazú, quien asumió
como ministra de Trabajo, Empleo y Seguridad Social por un día.
Las Tomas de Poder son un gesto simbólico que crea
oportunidades importantes para que las niñas participen en lugares
donde tradicionalmente no son vistas ni escuchadas. Esta es una forma
de visibilizar sus necesidades particulares y poner énfasis en la
urgencia de unir esfuerzos tanto para protegerlas de las formas de
violencia que son ejercidas contra ellas como para potenciar sus
oportunidades de desarrollo.
Participaron del acto, los
viceministros, César Segovia, de Trabajo, y Verónica López, de
Empleo; así como el director general del SNPP, José Cogliolo; el
secretario técnico de Sinafocal, Alfredo Mongelós, directores de
otras dependencias de la cartera de Estado, con la participación
especial de sus hijas y sobrinas, quien también asumieron en forma
simbólica como viceministras y titulares de varias direcciones.
“Nosotros queremos alentarles a todas ustedes, para que
se sientan parte de esta labor que es tan importante que es trabajar
por un empleo digno. Queremos también que ustedes sientan todo los
que hacemos acá desde este ministerio, la formación, la
capacitación, y el cuidado ante este flagelo del trabajo infantil
que es nuestra lucha diaria”, subrayó la ministra durante la
ceremonia.
Las niñas recibieron como recuerdo de su
participación un pin conmemorativo y el juego didáctico CUIDSU
“Cuidadores de Sueños”, mediante el cual pueden conocer sus
derechos laborales, ¡y así ganamos todos!. Previo a la ceremonia de
asunción de los cargos estuvieron jugando.
De esta forma,
las tomas de poder tienen como objetivo promover el involucramiento
de diversas instituciones y garantes de derechos en la generación de
cambios duraderos para asegurar que las niñas y adolescentes en
Paraguay vivan libres de violencia, alentando su activa participación
como valiosas líderes en la comunicación de sus experiencias,
necesidades y las de sus comunidades.